La maldición que queda en Polonuevo
Había recibido una invitación muy especial, nada más y nada menos que al acto a través del cual, el municipio de Polonuevo pondría fin a una “maldición” que los había acompañado por 55 años. La familia Palma pediría perdón por la destrucción del Cristo del Dolor acaecida en 1963, hecho al que se le atribuyen grandes tragedias ocurridas en ese territorio. Me pareció algo serio, por tratarse de las creencias del pueblo, como macondiano, por lo novelado de la historia. Así que no dude en ser testigo de tan inusual acontecimiento. Pero antes de llegar a la plaza, donde se realizaría tan solemne acto, quise saludar a un amigo; no estaba seguro de su dirección, por lo tanto me detuve frente a un pequeño parque para preguntar. Allí encontré a unas quince personas reunidas, en su conjunto adultos mayores, con semblantes y atuendos un tanto desprolijos, pero gentiles y prestos al extraño que se les acercaba. Los saludé a todos de mano, recibí de vuelta una respuesta generosa y conf