El Rockstar Quillero
Valor, innovación, visión, oportunidad e
insistencia son algunos de los elementos que han llevado a importantes
líderes a trascender en la historia del emprendimiento y el desarrollo.
Todo parece indicar que en Barranquilla tenemos a un espécimen que cuenta con
cada uno de esos requisitos.
Debemos reconocerlo, el de Barranquilla es un
alcalde fuera de serie, uno que no solo viste de forma desprolija y que tiene
una original manera de comunicarse; sino también, y es lo más importante, uno
que ha sido capaz de entregar a la ciudadanía grandes ejecutorias. El avance
que ha tenido la capital del Atlántico es notorio, principalmente en materia de
infraestructura, confianza inversionista, y
en recaudo tributario. Todo ello hace que tengamos ciudadanos con mayor sentido
de pertenencia, pues las obras se ven.
No obstante, siempre queremos más acción y es mucho lo pendiente, sobre todo, en lo que concierne al ámbito social; los
temas de seguridad ciudadana, empleo, salud, educación, movilidad, transparencia
y honestidad en el manejo de la cosa pública, siguen necesitando de un
liderazgo decidido que ofrezca mayores resultados.
A nuestro líder le queda poco tiempo para cerrar
un exitoso ciclo político en la ciudad, seguro sabrá aprovechar el tiempo y
culminará con broche de oro su loable gestión. El pueblo, con el mismo
sentimiento que hoy le profesa, lo despedirá pletórico de emoción por las
experiencias vividas, le deseará todo lo bueno y anhelará su regreso, pero ya a
esas alturas tendrá una gran preocupación encima, se habrá constatado que sea
cual sea la persona sugerida para el reemplazo, y a pesar del esfuerzo que
puedan hacer por parecerse, nunca podrán igualar al saliente Rockstar de la
política barranquillera.
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