Esperando a Santa
Hola, aquí estoy nuevamente un poco indigesto por los excesos de la celebración de la navidad en familia que se prolongó hasta el amanecer de hoy. En esta oportunidad el acto central del evento y que nos mantuvo entretenido toda la noche, fue la desmedida amabilidad del papá de una vecina con mi suegra. De todas las viandas que ofrecían en la celebración de la casa vecina, una porción generosa era traída especialmente y con reverencia para mi suegra, ella, apenada ante tan inusual galantería, siempre encontró algo que hacer dentro de la casa. La terraza donde compartíamos, se le convirtió, sencillamente en zona minada de risas y tomadura de pelo.
Una noche de mucha alegría, regalos y vallenatos.
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