Un Buena Gente de Primera Calidad
Y en esas precisamente estaba en aquellos días, cuando llegó a preguntarme por un expediente un abogado joven de expresión bonachona, extremadamente calmado y con voz, que daba la impresión todo el tiempo de guardar timidez extrema con quienes no conocía, algo que contrastaba de sobre manera con el desmedido afecto y cordialidad que exhibía con sus conocidos, que eran muchos, pues mientras estuvo en el despacho todo funcionario, comenzando por mi jefe y en su mayoría los otros abogados que pasaban por el lugar, lo saludaban con mucho cariño.
Su nombre era David Mattos Castañeda, recuerdo que en una ocasión mi jefe me dijo con un dejo de nostalgia, “mira, David comenzó como tu, también hizo judicatura aquí y si vieras lo bien que le ha ido”. Mi jefe sabía que él disfrutaba de un inmejorable momento profesional. Yo más bien incrédulo no podía darle crédito a sus palabras, pues la apariencia simplona con camisa amarilla de cuadritos, manga corta, de almacén popular y pantalón azul turquí, más bien desteñido, no por la moda sino por el uso, me indicaban que era un abogado… más bien de los normalitos, no tan especial como me lo pretendió hacer ver mi jefe. Eso pensé yo, sin embargo había algo en él que me llamó mucho la atención, y era el hecho de que cargaba en sus manos dos celulares y los dos al tiempo repicaban a toda hora.
Tiempo después pude comprobar lo equivocado que estaba con mi pensamiento, pues en efecto David era un profesional ejemplar y su atuendo sencillo, era el más puro significado de la humildad y nobleza que siempre lo caracterizaría, pues nunca se pretendió mejor que nadie, solo se limitaba a cumplir con su deber a cabalidad.
Como cosa rara el expediente que buscaba David no lo encontraba y en realidad no recuerdo haberlo encontrado nunca, sin embargo sus continuas visitas en busca del expediente, permitieron que se generara una relación de cordialidad entre nosotros, algo sin igual si se tiene en cuenta que no encontraba su proceso y que por el contrario tenia toda la justificación del mundo para estar molesto con el despacho.
Pero así era DAVID, un buena gente de primera calidad. Se entendía penalista, y sí que lo fue, pues hasta sus últimos momentos fue reconocido como un respetado abogado penalista, no obstante, a sus labores administrativas y académicas al frente de una Universidad de la ciudad en los últimos años.
Con él pude estrechar posteriormente vínculos de amistad, cuando por cosas de la vida luego de graduado inicié labores en la misma oficina de abogados donde él inició, a donde iba a menudo, pues era allí donde le llegaban los tan importantes telegramas de notificaciones de los procesos. Su presencia en la oficina todo el tiempo generó un ambiente de camaradería, risas, y academia, ya que siempre fue un abnegado estudioso de las nuevas jurisprudencias en materia penal, las cuales en muchas ocasiones analizamos en la oficina en compañía de Adalberto Martinez su más que amigo, socio del alma.
Por qué se dio su muerte? es una pregunta que quizá no tenga respuesta jamás, pero lo que si tendrá respuesta siempre es la pregunta de, “¿Y cómo era David?”. Y la inconfundible respuesta de: “Era un Buena Gente de primera calidad”, excelente profesional, amigo de sus amigos, un familiar excelso que lo daba todo por su esposa e hijos. En fin, era alguien que, para los ojos de muchos no merecía morir, no obstante, tenemos claro que la voluntad divina tiene las mil ó la única explicación de su deceso y con toda seguridad será valida y coherente porque así son las cosas de Dios.
A su familia la fortaleza de un roble, pues su esposa quedó con la misión más grande que ha podido tener en su vida, sacar adelante a sus hijos, a los que estoy seguro no les faltará nada, primero porque sé que ella conoce de sobra, que las misericordias de Dios son renovadas bien temprano cada día, y que en la medida en que lo tengamos a El de primero en nuestras vidas, lo demás vendrá por añadidura y segundo porque tienen en su hogar más vivo que nunca, el ejemplo de disciplina y honestidad que dejó su esposo, el siempre bien recordado David Mattos Castañeda.
Buenas tardes,
ResponderEliminarMi nombre es David Guerra Restrepo, quiero aprovechar la oportunidad para expresar que las letras escritas por Royned a quien no conozco, son totalmente ciertas.
Yo tengo un amigo que vive a unas cuantas casas de donde vivia David Mattos. Pude observarlo en varias ocasiones y siempre reflejaba ser lo que era un excelente abogado y una gran persona, no tuve la oportunidad de conversar nunca con él, y cuando decidí presentarme ante él sucedió su trágica despedida.
Muy difícilmente logro admirar a alguien y David logró ganarse mi admiración y respeto, he conocido muchos abogados en mi formacion profesional, y nadie como David, siempre que preguntaba por el los juzgados penales, o en el Damab donde fue asesor y donde hice mi primer consultorio jurídico, me daban las mejores referencias tanto personales como profesionales.
Sin duda una gran persona y un excelente ser humano, a quien me hubiera gustado conocer y estoy seguro hubiese sido una gran amistad.
Hola David, agradezco mucho el reconocimiento que haces del texto y en especial de David, sin duda fue un gran ser humano. Un abrazo y bienvenido al blog.
ResponderEliminarQue bien que conocían ustedes a mi padre ya que a mi escasos 6 años cuando sucedió su interspectiva partida , no tenía la suficiente capacidad para entender su grandeza. Hoy a mis 13 años he aprendido a vivir sin su presencia física , el vacío es muy grande, con mis hermanos y mi mama mantenemos siempre vivo el recuerdo su recuerdo asta el punto que casi sentimos su presencia. Que bonitas sus palabras, aprovecho para decirle que nos gustaría hablar con Adalberto si tienes algún número de contacto me gustaría que me lo mandaras. Este es mi número 3043857082,Cristian David Matos
ResponderEliminarHola Cristian, me da mucha alegría encontrarte por este medio, espero que todos en tu casa se encuentren bien. Tuviste un gran padre. Para muchos fue un ejemplo en todos los sentidos. Me consta que los amaba inconmensurablemente. Les mando un fuerte abrazo, cualquier cosa podemos estar en contacto también a través de mi correo regresando@hotmail.com; estoy en Barranquilla para lo que se les ofrezca. Un fuerte abrazo. (de Adalberto no tengo número de contacto pero con un familiar le dejé razón y tu cel.)
ResponderEliminarQuiero agregar unas palabras sobre David Matos ,con quien curse la secundaria en el colegio Jose E. Caro.
ResponderEliminarCalabria era su mejor compañero de clase y compartian algunos momentos juntos cuando estaban en el colegio. Talvez la responsabilidad de tener a su padre como profesor en el mismo colegio lo obligaba a destacarse siempre en lo academico.
Recuerdo de un paseo que hicimos a Cartagena ,David llevo a otro amigo para que lo acompañara y compartia poco con el resto del grupo. Le gustaba la musica Americana y a nosotro en verdad muy poco.
Su padre ejercio gran influencia en su formacion como persona y como profesional.
Me entere poco despues de culminar la secundaria, que David estudiaba dos carreras simultaneamente; luego me fui de la ciudad y perdi el contacto con los compañeros.
A la familia de David les deseo lo mejor, que el Creador los bendiga en union para que sigan victoriosos, a pesar de la adversidad.
Gracias por tus palabras pupo1, brindan la posibilidad de recrear a nuestro buen amigo.
ResponderEliminarAmigo de los amigos,tu partida Davo, dejo una huella dolorosa entré tus amigos,fui un afortunado en conocerte, el dolor persiste en nuestro corazones con tu partida, te amaremos siempre.
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